Entre la docencia y mi profesión (Mi confrontación con la docencia)
Aunque mi formación universitaria es la de Biólogo, en realidad el tratar de enseñar a alguien a que aprenda ciertas cosas, me nació desde que empecé a ir a la escuela. Sobre toda a raíz al ver que ciertos maestros trataban y se esforzaban por que sus alumnos realmente aprendiéramos; que buscaban diferentes formas para lograrlo. Por otro lado, también me existían los casos opuestos, en donde algunos maestros dejaban a la deriva a muchos compañeros, incluyéndome, con sus dudas y percepciones de las cosas equivocadas o fuera de la realidad. En la medida que podía ayudar alguien a comprender algo o a llevar a cabo ciertos procedimientos por más sencillos que fueran, me producía y a un me produce una gran satisfacción.
Inicie mi carrera universitaria estudiando para Químico, por que tenía la idea de estudiar una especialidad en Bioquímica. No tuve un buen inicio, ya que la verdad no venía bien “preparado” para enfrentar el nivel académico, ni tenía también una idea clara de que realmente quería estudiar, aunado a que no era un estudiante muy perseverante, la mayoría de las veces. Posteriormente me cambie a la carrera de Biólogo, con la idea, aunque vaga, de estudiar Bioquímica. Durante mi estancia en la universidad, me di cuenta que no todo lo que encierra una formación profesional, te interesa o atrae o le ves una utilidad práctica; que hay diferentes formas de adquirir conocimientos, tanto conceptuales y metodológicos; que no todos los maestros estaban a la altura o tenían una preparación adecuada, no solo de la materia que impartían, si no que carecían de la habilidades para transmitir las ideas, conocimientos, técnicas, métodos y sus aplicaciones, muchos solo repetían los textos y artículos básicos.
Es también en la universidad en donde empecé a tener mis primeras experiencias en la docencia de manera más formal, auxiliando a mis compañeros en Matemáticas y Química, siguiendo los programas y actividades de cada materia y asesorándome a su vez con los titulares de las mismas. Esto me permitió entrar al mundo de la enseñanza, pero considerando que cada área o materia de conocimiento debe tener un por que estudiarla, un para que estudiarla, un como estudiarla u un cuando estudiarla. A un así, no tenía contemplado en principio al salir de la universidad, “el dar clases”, como comúnmente decíamos, si no buscar trabajo en alguna empresa pesquera, de acuacultura o instituto de investigación. Como no salí titulado, por un lado y por el otro no tenía experiencia laboral en esos campos, me fue difícil colocarme. De ahí que trabaje los primeros meses después de salir de la carrera, en una papelería. En ese tiempo, por otro lado, empecé a buscar trabajo tanto en escuelas secundarias, como en preparatorias, no así en universidades (por la falta de título), pues era una actividad que en cierta forma conocía y me gustaba. Me acerque a personas conocidas que trabajaban en planteles educativos, de la localidad (Ensenada B.C.) y me recomendaron para laborar en dos planteles de educación media superior
Se puede decir, que formalmente u oficialmente empecé a trabajar en la docencia en septiembre de 1982, en la Escuela preparatoria federal por cooperación Benito Juárez, impartiendo las clases de laboratorio de Química, ya que los titulares de la materia no tenían el tiempo para elaborar y llevar a cabo las prácticas. De ahí que me avoque a analizar y establecer que actividades experimentales deberían de llevar a cabo en ese semestre a partir del programa de estudio, que más bien era una lista de temas con un objetivo general. Como muchos maestros, me interesaba más poder cubrir los temas, que tener la intencionalidad de que las actividades programadas de laboratorio fueran realmente de interés o atrajeran a los alumnos; pensaba que eso era lo que tenían que aprender o saber los alumnos. En otros casos dependía de la existencia de materiales o equipo disponible, para diseñar las llamadas prácticas de laboratorio.
Las primeras experiencias o vivencias con estudiantes en el laboratorio fueron verdaderamente frustrantes, poco prometedoras, ya que más bien eran imposiciones, que tratar de convencerlos y motivarlos a que las llevaran a cabo y reportaran sus resultados y conclusiones. A pesar de entregarles el material escrito del por que, con que y como se iba a desarrollar la práctica y además la información de cómo se reportarían los resultados, no había respuesta entusiasta y sobre todo un aprendizaje de los alumnos. Esos fueron mis inicios en ese plantel.
Ese mismo mes, comencé dando clases en el Colegio Nacional de Educación profesional técnica (CONALEP) de la materia llamada administración de recursos pesqueros, cuya temática no me era desconocida, en parte, pero si carecía una manera adecuada y atractiva de impartirla, lo que se volvió en principio un problema de comunicación y participación por parte de los alumnos. Fue en esa institución en donde participe en mi primer curso de introducción a la docencia. Al año siguiente ingrese al Cet - Mar No 11, en donde participe en un curso de actualización a la docencia, antes de impartir la clase de métodos de investigación a mi primer grupo en ese plantel.
En los años siguientes, recibí una serie de cursos relacionados con la labor docente, sobre aprendizaje, teorías psicopedagógicas, evaluación, instrumentos y técnicas enseñanza, et., con la finalidad de mejorara mi trabajo en el aula y lograr que mis alumnos aprendieran los contenidos del curso. Participe en la elaboración de planes y programas de estudio en algunos planteles, así como en la elaboración de material de apoyo para las actividades en los laboratorios, todo con el afán de contribuir, según mi perspectiva que tenía de la educación, a que nuestros alumnos realmente adquirieran conocimientos que les permitieran comprender mejor lo que ocurre a su alrededor y los capacitarán para seguir una carrera universitaria.
Como profesor, he sido preocupante del porque los estudiantes no aprendan o no quieran aprender, de sus actitudes negativas hacia el trabajo escolar o del poco interés por participar en cualquier actividad que mejore su comprensión. Así mismo, como docente, procuro mantener una búsqueda permanente de nuevas ideas, teorías, ejemplos, herramientas, técnicas, metodologías que se puedan implementar, adaptar o
incluir en planeación de las actividades de aprendizaje de los alumnos; incluyendo nuevos o diferentes medios auxiliares que faciliten o promuevan una mejor captación por parte de los aprendices. Como docente también, pretendo en lo posible, diseñar o establecer una evaluación lo más apegada al esfuerzo, logros y conocimientos adquiridos tanto conceptuales, como procedimentales, por parte de los estudiantes.
Me accionar como docente ha evolucionado, desde una actitud completamente autoritaria, a un desenvolvimiento más abierto, de apertura y respeto hacia lo que piensen, opinen, quieran o hagan mis alumnos durante las actividades escolares. Mantengo una comunicación permanente, tratando de establecer acuerdos y objetivos en común, con mis grupos; cuando menos, de que se enteren y se concienticen de su papel como estudiantes. Me considero también un promotor permanente de valores entre los estudiantes, para una mejor convivencia entre sus semejantes, así como también del trabajo en equipo cooperativo y colaborativo, ya que contribuye aprendizaje de los chicos.
Como maestro y actualmente como facilitador, siento una gran satisfacción cuando observo como los estudiantes participan de manera convencida y entusiasta en sus propio aprendizaje, que son capaces de ser creativos o innovadores durante los procesos que los llevan a dichos aprendizajes, sobre todo si motivo y contribuyo de alguna manera para ello.
Siempre he trabajado como docente en el nivel medio superior, por lo que puedo decir que no sido fácil, debido a la edad de los estudiantes, por los cambios que sufren, tanto físicos como psicológicos, en pocas palabras están en la transición de adolescentes a adultos. No tiene bien establecidas sus metas, les distraen muchas cosas, su conducta es muchas veces de confrontación, reto, desinterés, desgano o rechazo. Además en los planteles de este nivel educativo, en los que elaborado y laboro, han carecido casi siempre de recursos para desarrollar o realizar las actividades que se establecían o sugerían en los programas de estudio, por lo cual nos hemos visto en la necesidad de implementar, innovar o de plano cambiar las actividades en función de los recursos y condiciones del plantel. Mi experiencias en los planteles de educación media superior han significado para mi, los estímulos, causas, motivos, razones y pretextos, para buscar de de manera permanente como mejorar, actualizar y aplicar otros principios, técnicas y métodos pedagógicos, didácticos y disciplinares, con el fin de obtener un mejor rendimiento escolar de los estudiantes. También mi paso por este nivel educativo, ha sido un cúmulo de errores, ensayos, pruebas, malos resultados, frustraciones, enfrentamientos académicos y administrativos, en el afán de lograr condiciones o alternativas más adecuadas para que lleven a cabo las actividades escolares.
En general, mi estancia y trabajo en el bachillerato ha sido una aventura, una evolución como persona y docente, una esperanza de cambio; una búsqueda y aplicación permanente de caminos para motivar y contribuir en la formación, preparación y transformación de los estudiantes que por ahí transitan.
Son muchas razones que me han estimulado y mantienen motivado en mi labor como docente, en el bachillerato. En primera, la satisfacción de ser participe en la educación de un ser humano, proporcionándole en parte las herramientas, principios, ejemplos y opciones para que obtenga una preparación que le permita enfrentar con cierto éxito o transcendencia su vida futura, tanto en lo profesional como cotidiano. A su vez también, en influir positivamente en sus cambios como estudiante y en particular como persona, al promover en ello los diferentes valores que permitirán convivir y apreciar a sus semejante, tanto en su trabajo como vida diaria. Otra gran satisfacción que me causas el ser docente, es el agradecimiento y reconocimiento de parte los alumnos y ex alumnos, al estar en contacto o comunicación con ellos, de tu esfuerzo, trabajo e interés que pones o pusiste en su preparación y formación o También que te visiten para comentarte sus dudas, problemas, logros, planes e inclusive para asesorías o para que me asesoren. En fin que mis estudiantes sean personas aptas, felices y útiles a si mismos, a su familia y la sociedad en general.
Me da tristeza que muchos jóvenes no aprovechen las oportunidades que se les presentan en este nivel para preparase para el futuro; algunos vienen a la escuela obligados o por no trabajar o simplemente por que no saben que hacer. Esto es en parte una problemática común en muchas escuelas, pero que influye en gran parte en el rendimiento de los grupos, al grado que el índice de reprobación suele incrementarse. Lo peor del caso, es cuando tratamos de motivarlos y convencerlos para que se integren al grupo y participen en equipos para que desarrollen a las actividades académicas o escolares, muchos de ellos bloquean, alteran o retrasan dichas actividades, afectando a sus otros compañeros. Otra cosa que me causa insatisfacción, es cuando algunos compañeros docentes, directivos y administrativos simulan que trabajan en sus correspondientes funciones en los planteles, afectando realmente el avance de los estudiantes, al no llevar de manera concreta y clara los planes institucionales, administrativos y académicos previamente establecidos. Quizás, una de las peores cosas que me disgustan y me causan malestar, es el hecho que a veces no encuentra la forma o el camino para lograr que los estudiantes se motiven, concienticen y se convenzan de hacer las cosas; de que no participen en su propio aprendizaje. En fin de que no logren alcanzar las habilidades, conocimientos y actitudes para enfrentar y resolver la problemática que se les presente durante su vida diaria y futura.
Alejandro Adame Murillo
Marte 12 de agosto de 2008
Cet Mar No 11
Preparatoria Federal Por Cooperación “Benito Juárez”
Ensenada Baja California